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Ser una súper potencia tiene sus costos. En China la rápida expansión y crecimiento de la economía han convertido al país en una pesadilla medioambiental con la que los residentes deben lidiar a diario. Beijing es una de las caras visibles de la contaminación extrema del país, pero hay otros lugares en China que están en igual o peor situación –de hecho, alrededor de 16 de las 20 ciudades más contaminadas del mundo se encuentran en el país asiático–.
Y mientras muchos conocen sobre la extrema contaminación en el aire del país, que en algunas ciudades puede llegar a ser 20 e incluso 40 veces peor que los límites recomendados, la contaminación del agua pasa prácticamente desapercibida mientras sus ríos y cursos de agua se convierten en vertederos.
Trabajadores intentan drenar el
agua de la alcantarilla que se filtra de un tanque de aguas residuales en
Fujian.
La contaminación de una fábrica
en Yutian, a 100km al este de Beijing.
La extrema contaminación de un
río en Jiaxing, Zhejiang.
Edificios de Beijing rodeados
de smog.
Una mujer recolectando botellas
plásticas cerca de un río contaminado con tintes de colores rojizos.
Una mujer camina sobre un
puente que pasa por el contaminado río de Wenzhou.
Un hombre pasa junto a una
tubería por la que emergen desechos hacia el río Yangtze.
Los pescadores limpian el
petróleo vertido en el sitio cerca del puerto Dalian.
Los residentes miran hacia el
contaminado en de Zhugao.
Un pez muerto flota en las
sucias aguas llenas de algas en East Lake.
Más de 2200 cerdos fueron
encontrados muertos en un río en Shanghai, una de las principales fuentes de
agua de la ciudad, en marzo de 2013.











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